Then these kids find him passed out on the street and all they can do is laugh at him while they wait for the ambulance to arrive. LMAO
Ladrones le robaron hasta la ropa, Pérez Zeledón:
¡LO DEJARON CHINGO!
<TABLE cellSpacing=6 cellPadding=0 width=240 align=right border=0><TBODY><TR><TD>
</TD></TR><TR><TD>Cuatro carajillos tapaban a Dagoberto Arias, hombre de 40 años al que asaltaron y dejaron chingo.
</TD></TR></TBODY></TABLE>En una pequeña tanga, sin zapatos, mucho menos medias y todo golpeado por dos gorreadores cacos, sin embargo bien peinado, apareció Dagoberto Arias sobre el pavimento en barrio Brasilia de Sagrada Familia, San Isidro de El General, Pérez Zeledón.
Cuatro carajillos tapaban al flaco de la lluvia con un paraguas, mientras se reían de la tragedia ajena.
Según relató el propio asaltado, debió correr chingo varios kilómetros pidiendo ayuda, huyendo de los asaltantes que lo dejaron “limpio” y desnudo.
Cuando se topó a los delincuentes Dago, de 40 años, se les enfrentó, por eso salió tan leñateado.
Como era de esperarse por diferencia de luchadores, los ladrones le ganaron la batalla, lo hicieron rendirse a punta de mecos y lo obligaron a que soltara todo lo que andaba.
El hombre les dijo que en efectivo solo tenía un tucán y dos rojos.
Los cacos se chivearon porque fue mucha la bronca para sacarle solo ¢7 mil y lo obligaron a que se deschingara. Como se negó a quedar desnudo, otra vez se armó la gorda.
A la fuerza lo despojaron de camisa, pantalón y el resto.
Solo pudo defender el calzoncillo para que no le dejaran al descubierto las partes nobles, más con el frío que hacía el sábado pasadas las 9 de la noche.
Salieron soplados con todo el botín y lo amedrentaron diciéndole: “Quédese queditico si quiere conservar los calzones”.
Cuando vio que los ladrones iban lejos, Dago comenzó a correr a pata pelada, pero a causa de los leñazos que le pegaron cayó en la vía.
Un joven en una motocicleta se topó al chingo y lo auxilió. De inmediato se fue a dar aviso a la Cruz Roja y dejó a los cuatro menores custodiando al hombre desnudo.
Los carajillos no ocultaban el humor que les producía ver al pobre Dago en paños menores.
Los socorristas llegaron a auxiliarlo y lo envolvieron en una sábana, de los que usan para tapar los cadáveres, para que no pasara más frío.
Arias fue ingresado al Hospital Escalante Pradilla, en San Isidro de El General, donde permanece internado por la hipotermia. En su pecho se dibuja una herida, no se sabe de qué, se descartó que fuera de arma blanca. De los ladrones, ni el rastro.
Ladrones le robaron hasta la ropa, Pérez Zeledón:
¡LO DEJARON CHINGO!
<TABLE cellSpacing=6 cellPadding=0 width=240 align=right border=0><TBODY><TR><TD>
</TD></TR></TBODY></TABLE>En una pequeña tanga, sin zapatos, mucho menos medias y todo golpeado por dos gorreadores cacos, sin embargo bien peinado, apareció Dagoberto Arias sobre el pavimento en barrio Brasilia de Sagrada Familia, San Isidro de El General, Pérez Zeledón.
Cuatro carajillos tapaban al flaco de la lluvia con un paraguas, mientras se reían de la tragedia ajena.
Según relató el propio asaltado, debió correr chingo varios kilómetros pidiendo ayuda, huyendo de los asaltantes que lo dejaron “limpio” y desnudo.
Cuando se topó a los delincuentes Dago, de 40 años, se les enfrentó, por eso salió tan leñateado.
Como era de esperarse por diferencia de luchadores, los ladrones le ganaron la batalla, lo hicieron rendirse a punta de mecos y lo obligaron a que soltara todo lo que andaba.
El hombre les dijo que en efectivo solo tenía un tucán y dos rojos.
Los cacos se chivearon porque fue mucha la bronca para sacarle solo ¢7 mil y lo obligaron a que se deschingara. Como se negó a quedar desnudo, otra vez se armó la gorda.
A la fuerza lo despojaron de camisa, pantalón y el resto.
Solo pudo defender el calzoncillo para que no le dejaran al descubierto las partes nobles, más con el frío que hacía el sábado pasadas las 9 de la noche.
Salieron soplados con todo el botín y lo amedrentaron diciéndole: “Quédese queditico si quiere conservar los calzones”.
Cuando vio que los ladrones iban lejos, Dago comenzó a correr a pata pelada, pero a causa de los leñazos que le pegaron cayó en la vía.
Un joven en una motocicleta se topó al chingo y lo auxilió. De inmediato se fue a dar aviso a la Cruz Roja y dejó a los cuatro menores custodiando al hombre desnudo.
Los carajillos no ocultaban el humor que les producía ver al pobre Dago en paños menores.
Los socorristas llegaron a auxiliarlo y lo envolvieron en una sábana, de los que usan para tapar los cadáveres, para que no pasara más frío.
Arias fue ingresado al Hospital Escalante Pradilla, en San Isidro de El General, donde permanece internado por la hipotermia. En su pecho se dibuja una herida, no se sabe de qué, se descartó que fuera de arma blanca. De los ladrones, ni el rastro.